¿Te agradas a ti mismo? Cientos de personas en el mundo no se
gustan, se autorechazan; anhelan desesperadamente ser aceptadas y amadas por
otros a pesar de no llevarse bien consigo mismas, sin duda que cuando no te
quieres, ni te valoras te parecerá que nadie puede hacerlo. Saber cómo nos
sentimos con nosotros mismos determinará nuestro éxito en la vida y en nuestras
relaciones. Si el retrato interno que tienes de ti es mediocre sufrirás a nivel
social y espiritual de inseguridad, miedo e incluso de insatisfacción porque
creerás no merecer todas las bendiciones que Dios te regala cada día.
Hace algún tiempo escuché la historia de un irlandés pobre cuyo sueño era emigrar a los Estados Unidos y un pariente rico le regala el pasaje en un transatlántico. En lugar de celebrar el hombre siguió triste porque no podría pagar sus comidas durante la semana de travesía. Así que antes de embarcar se las arregló para comprar algunos panes que guardó en su mochila. Mientras los pasajeros disfrutaban de suculentos banquetes, el irlandés comía pan duro a escondidas para evitar compartir su único sustento con otros tripulantes pobres. Durante su última noche a bordo un caballero lo invita a cenar y por su falta de medios y autoestima miserable aquel hambriento hombre se niega y es cuando se entera que su pasaje incluía todas las comidas y meriendas que se le antojaran durante el viaje.
El irlandés prefirió las migajas de pan, no sólo por ser pobre, también se consideraba un don nadie, un ciudadano de baja categoría y fue precisamente ésta condición la que le impidió disfrutar de las ventajas que incluía su boleto. Dios nos tiene preparada una mesa con un gran banquete, sus bendiciones son nuevas cada mañana porque somos sus hijos “…Y También herederos; de Dios y coherederos con Cristo”.Romanos 8:16-17. La baja autoestima te impide conocer y desarrollar tus dones y talentos, vives acomplejado, de brazos caídos con la mirada en el pavimento. Si no te amas y te aceptas tal como eres jamás podrás cumplir la ley divina: “Amaras a tu prójimo como a ti mismo” Gálatas 5:14 y te estarás perdiendo de la herencia que te corresponde por derecho. El plan de Dios para el pueblo de Israel era que en trece días entraran a la Tierra Prometida y pasaron cuarenta años dando vueltas en el desierto debido a que vieron a otros como gigantes y a sí mismos como langostas. Fue su autoimagen minusválida la que los frenó, fracasaron al no creerle al mismo Dios que los sacó de la esclavitud en Egipto y abrió el mar rojo frente a ellos.
Cuánta gente pasa sus días con la nariz pegada a la ventana comiendo pan duro y mirando a los que decidieron aceptarse a sí mismos disfrutar de un festín. Nótese que digo decidieron; realmente es cuestión de decidir amar lo que Dios ama y él nos ama y nos acepta a pesar de nuestros errores y debilidades, no aprueba nuestra conducta equivocada, pero aún así nos sigue amando. Sabemos que hay cosas por cambiar en nosotros y con perseverancia iremos mejorando cada día, pero mientras eso sucede decide amarte y experimentaras confianza y libertad para cumplir tus sueños.