En esta
oportunidad vamos a tratar sobre la fe, y por su puesto lo enfocaré con la base
en el padre de la fe.
Si hay un
personaje de la Biblia que me llame la atención por su fe, ese es sin duda
Abraham. Cuenta el relato Bíblico que cuando Abraham tenía 75 años cuando Dios
lo llamó. El obedeció y viajó a Canaán mostrando gran fe al dejar su hogar sin
saber a dónde le conduciría Dios. Años más tarde Dios volvió a probar la fe de
Abraham. Le dijo que ofreciera a su hijo Isaac en sacrificio. Abraham amaba a
su hijo con todo su corazón pero estaba dispuesto a obedecer a Dios y a confiar
en él. Dios salvó a Isaac porque Abraham mostró que amaba a Dios incluso más
que a su querido hijo. Por eso, la fe de Abraham es prototipo y modelo de la fe
auténtica y firme:
- Porque es capaz
de sacrificar su pasado por Dios, dejando Ur, su tierra y la de sus
antepasados, para ir en busca de una tierra nueva y desconocida.
- Porque está
dispuesto a sacrificar su futuro para obedecer al Dios en quien confía; un
futuro que no es un sueño, una ilusión o un simple proyecto que él tenga en su
mente; sino un ser de carne y hueso y que es su hijo Isaac.
Abraham es un
hombre verdaderamente abierto a Dios; y sabe que Dios tiene mucho misterio para
el hombre; por eso no intenta controlar ni dominar a Dios, sino que lo acoge
con sencillez, con humildad, con disposición para descubrir facetas nuevas de
ese Dios, que además, no es distante y estático, sino cercano, comprometido con
la historia del hombre, capaz de inventar soluciones absolutamente novedosas
para los problemas y atropellos en los que el hombre se va metiendo. Hebreos
11:8-9 nos dice: "Por la fe, Abraham, cuando fue llamado para ir a un
lugar que más tarde recibiría como herencia, obedeció y salió sin saber a dónde
iba. Por la fe se radicó como extranjero en la tierra prometida, y habitó en
tiendas de campaña con Isaac y Jacob, herederos también de la misma
promesa"
Dios no quiere
que veamos este mundo como un hogar permanente, porque Él tiene algo mejor para
nosotros. Se nos anima a ver el futuro como Abraham; porque esperaba la ciudad
de cimientos sólidos, de la cual Dios es arquitecto y constructor (vers. 10).
Canaán tenía muchas ciudades con cimientos, pero todas ellas estaban destinadas
a desmoronarse, porque estaban construidas sobre cimientos físicos y las
ciudades estaban llenas de violencia e idolatría.
Consideremos un
ejemplo de la prueba de fe y sus características: (Génesis 22:1-14)
1) El
sacrificio de la fe. Abraham tomó a "su único hijo amado" (vers.
2). Estas palabras nos hablan de lo más importante que tenía Abraham, su todo
en la vida. Él puso su voluntad a los pies de Cristo en vez de hacer la suya.
2) La obediencia
de la fe. "Se levantó muy de mañana" (vers. 3). Abraham no lo
pensó demasiado: Dios había pedido algo y él debía obedecer. Notemos que Dios
le pidió su hijo, le indicó que debía hacer con él y dónde, pero no cuando.
Abraham obedeció con rapidez porque su principal preocupación era esa: obedecer
a Dios. No hubo nada más importante que hacer antes de emprender el viaje. Lo
principal y lo que requería atención inmediata era lo que Dios decía. ¿Es esta
nuestra actitud?
3) La
expectativa de la fe. "Yo y el muchacho volveremos". Si fuéramos
nosotros, quizá ya habríamos encontrado una contradicción en la obra de Dios, o
veríamos el pedido de Dios como un capricho. ¿Cuantas veces nos quejamos de lo
que Dios permite en nuestra vida? Pero Abraham sabía que una promesa de Dios no
podía quedar sin cumplimiento, y Dios había prometido una descendencia a través
de Isaac.
4) La obra de
la fe. “Y tomó la leña para el holocausto, y la puso sobre Isaac su
hijo". La fe actúa, no se queda esperando que Dios haga todo.
5) La
certidumbre de la fe. "Dios proveerá". Cuando se obedece a Dios,
surgirán muchas preguntas que aparentemente no tienen respuesta humana, u
obstáculos que parecen imposibles de sortear. Solo la fe tiene estas respuestas
y la manera de continuar el camino. ¿Existe en nosotros esa certidumbre de que
las promesas de Dios son un hecho y una frase?
6) La
persistencia de la fe: "y ató a Isaac su hijo, y tomó el
cuchillo". La fe que llegado el momento difícil se va, no es fe. Una
característica de la fe verdadera es que puede ser probada, para que sea más
preciosa que el oro. El fuego se utiliza para probar el oro, y podemos
imaginarnos como fuego aquellos momentos más difíciles, o donde no se
encuentran salidas. La fe no fingida, como la de Timoteo persiste aún en los
momentos límite.
7) La victoria
de la fe. "ya conozco" dice Dios. La fe verdadera triunfa, siendo
Isaac librado y puesto un carnero en su lugar. Hay una recompensa para la fe.
(Romanos 9:33, Marcos 9:23-25, 1 Juan 5:4)
Esta historia nos
enseña que Dios está dispuesto a trabajar con pecadores que le demuestran fe.
Dios es siempre fiel para mantener sus promesas. Debemos aprender a ser
pacientes y esperar a Dios. Pasaron muchos años antes que la tierra prometida
se convirtiera en la nación de Israel. Pero la bendición más grande que tenemos
de Abraham es que eventualmente uno de sus descendientes fue Jesucristo, quien
trajo la ofrenda de salvación a toda la humanidad.
¿Tenemos una fe
activa y práctica como la de Abraham? ¿Vivimos la fe como Pablo? SI tuviésemos
que comparar nuestra vida con la que Dios quiere... ¿qué veríamos? ¿Habría un
parecido o un gran contraste? Muchas personas envidian la fe de Abraham; acaso
porque, con un simplismo infantil, se ve el resultado final pero se olvida todo
lo que, también Abraham tuvo que pasar. Decir ¡quien tuviera esa fe! es
confesión de no querer esforzarse para conseguirla. No nos engañemos: ni
Abraham ni ningún otro creyente lo ha tenido fácil. Dios pide que vivamos por
fe, lo que no significa vivir ajenos al mundo. Podemos aplicar una fe práctica
de tal forma que los demás puedan ver los puntos anteriormente citados en
nosotros.